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La pasión de vivir y el triple maridaje entre amor, conocimiento y poesía son algunos de los rasgos fundamentales que, en opinión de José Pallarés, catedrático de Lengua y Literatura en el I.E.S “Francisco Pacheco” de Sanlúcar de Barrameda y profesor de Literatura Contemporánea en la UNED de Cádiz, comparecen en El cielo que nunca habló, en cuyo prólogo lo define como un libro hondo, inteligente y bello, profunda y sutilmente trabado y escrito con una notable contención expresiva.
Mariano Rivera Cross, poeta, novelista y dramaturgo, explora a través de sus versos el sentimiento de orfandad que se asienta en el género humano, libre acaso de dioses, mitos, preceptos y temores, pero no menos desamparado y vacío.
El libro, continuación de Dioses y héroes en retirada (distinguido con el premio de poesía "Tomas Morales", del Cabildo Insular de Gran Canaria, a mediados de 2006), establece una vía de retorno a las antiguas mitologías, en busca de la belleza y el bien, de la ética y de la estética, para toparse al cabo con la luz y el misterio de la poesía.
Editado por EH, El cielo que nunca habló, número 25 de la colección Hojas de bohemia, se presentará el próximo 13 de noviembre, a las 21,00 h., en la Escuela de Hostelería de Jerez.
Con este motivo, Mariano Rivera concedido a El callejón del gato la entrevista que publicamos seguidamente. En ella, el autor nos acerca a los temas del libro, revela su postura ante los mismos y establece una sutil relación entre éstos y los graves conflictos que, en la actualidad, afligen a los hombres y a la propia literatura.


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"...en mi poética subyace la lucha contra la muerte y la ilusión de atisbar la eternidad"



-Se dice que el poeta, al contrario que el mero versificador, concursógrafo o vate ocasional, se distingue, entre otras cosas, porque sabe qué camino ha de seguir. A esto suelen llamarlo poética: ¿Cuál es la de Mariano Rivera?

-Entendiendo por poética la concerniente a un libro o a una Obra Poética en general, más allá de aquellos poemas en los que prevalezcan bien la emoción o bien el entendimiento, la finalidad de la mía es alcanzar un equilibrio, una armonía entre los dos grandes componentes del ser humano: la razón y el sentimiento.
Considero que, en este estado de paz y armonía, los yoes ocultos del poeta llegan justo al borde del precipicio que separa el mundo terrenal conocido del infinito espacio desconocido, dejando a lo largo de su Obra destellos visionarios de los misterios que nos rodean y nos conforman.

-¿Cuáles son esos misterios?

-Dado que en toda obra de arte, y la poesía es sustancia y alma de todas ellas, se libra una batalla con el tiempo y con el Hacedor, en mi poética subyace la lucha contra la muerte y la ilusión de atisbar la eternidad.
Y precisamente por librarse en toda Poesía una batalla contra el Tiempo, los libros de poesía y los poemas que los conforman deben estar ajustados a la sucesión diacrónica de su época; es decir, el ritmo, el lenguaje y el contenido, en ese prurito de desnudar el cuerpo y el alma, han de reflejar la sinceridad individual del poeta y la sinceridad colectiva del pueblo, necesaria inflexión para que el libro o la Obra Poética de un autor contengan todas las funciones posibles de la literatura: conocimiento, catarsis, purificación, denuncia, evasión…

“Ante el silencio de la voz del cielo [el hombre] intenta tímidamente recuperar la cultura mitológica para acallar la angustia que late en su corazón"



-¿Qué es El cielo que nunca habló?

-El cielo que nunca habló es el tercer volumen de una septología en la que, de momento, se estructura mi Obra Poética Es, por tanto, la continuación inmediata de Dioses y héroes en retirada, por lo que el contenido de ambos libros guarda una estrecha relación y podría resumirse de la siguiente manera: una vez expulsados los dioses y héroes de nuestra mitología grecoromana, que nos marcaban tanto los actos como las conciencias morales de los mismos, el hombre de finales del siglo XX y principios del actual XXI, liberado de toda cultura que restringe la libertad, habla con un Cielo, con un Dios desconocido; y, llevado de la altivez y la neurosis de su nuevo estado, se cuestiona las injusticias terrenales, la belleza del mundo, el problema de la eternidad… Pero, ante el silencio de la voz del cielo, al final del libro, intenta tímidamente recuperar parte de aquella cultura mitológica para acallar la angustia que late en su corazón, a la deriva en una sociedad donde todo se duda, cuando no de la carestía de cualquier valor ético o religioso, y la evidencia de una paulatina degradación de la especie humana.

- ¿Qué piensas de la poesía española actual?

- Rara vez en la historia ha habido más poetas que ahora ni con tantos conocimientos lingüísticos, literarios, estéticos, etc., etc. Sin embargo, en vez de utilizar este bagaje para dignificar el noble oficio artesano de la poesía , la inmensa mayoría se ha empecinado en una lucha sorda para alcanzar un puesto de prestigio dentro de una sociedad que sólo premia al mediocre y al que se deja llevar por la tentación de la corrupción.
Duele decirlo, pero la mediocridad y la corrupción son las señas de identidad de esta época, lo cual tiene, naturalmente, una muy clara traducción poética: los autores, obsesionados por obtener un premio o alcanzar determinadas prebendas, siguen las pautas que les marca el poder y no tienen la valentía de desnudarse en el verso y arrojar al poema el propio corazón o el espíritu oculto de la voz colectiva.

"En mis versos prevalecen los sememas que aluden directamente e indirectamente a la muerte, a la eternidad, a dios y a la naturaleza"


-Y, en esta falsa Arcadia, ¿qué obsesiones alimenta Mariano Rivera?

- No ser tentado por los satanes del poder, ni en el momento de la creación ni en el difícil empeño de darla a conocer, cuando la dignidad sublime del poeta se tambalea en el mar tempestuoso de este siglo XXI, carente de valores éticos y estéticos. En cuanto a los sememas que prevalecen en mis versos, aquellos campos semánticos que aluden directamente e indirectamente a la muerte, a la eternidad, a dios y a la naturaleza.

-Terminaremos la entrevista con una pregunta de lo más original: ¿Cuáles son tus proyectos para el futuro?

- Seguir escribiendo en los tres géneros literarios: novela, poesía y teatro, que tan nítidamente me reclaman sus voces propias, y no tanto en la finalidad aleixandrina de comunicación, sino más bien en la finalidad de cumplir con mi destino, lo que me ayuda a sobrevivir en una existencia de por sí esquiva, injusta y cruel, más allá de los momentos bellos y amorosos que, a cuentagotas, nos brinda la muy pécora.
Y, por supuesto, mantener el proyecto de no contaminación.